Muere lentamente todo aquello
que tus manos acarician...
La odisea de una agonía
que nunca termina.
La afonía de un sentir.
El silencio ensordecedor
de un alma.
Susurros entrecortados
que hielan la sangre.
Dedos afiliados
que rasgan la piel.
La esperanza fenece...
Muere lentamente todo aquello
que tus manos acarician...
Ana Martos - Octubre 2014.
Tal vez, en la lentitud de la muerte, brote el resurgir de la vida...
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