martes, 13 de diciembre de 2011

DESGARRO


....No se cuanto tiempo llevaba allí, ni siquiera se en que
momento había comenzado a llover. El dolor, odio,
desengaño, decepción....que sentía en ese instante,
habían camuflado el agua que empapaba mi cuerpo y me
calaba hasta los huesos.

     Volví a mirar por aquel ventanal, la puñalada que ahora 
recibió mi corazón fue aun mayor que la anterior.
En aquel salón,  en nuestro rincón favorito junto a la
chimenea se encontraba 'mi amor', ese amor que era mi razón 
de ser, el hombre que llevaba compartiendo tres años de mi 
vida y mi lecho, el que me había prometido amor eterno se 
encontraba en aquel lugar retozando de placer junto a aquella
fulana. Sus juegos de miradas, sus caricias.... sus cuerpos
entrelazados dando lugar a uno mismo, en ocasiones la cojía 
por la cintura y la atraía hacia él, ella se dejaba llevar clavando
su mirada en él. La abraza, le susurraba al oído... ella engarzada
en sus brazos le sonreía.

    Ni siquiera tuve valor para abrir la puerta y entrar a recriminarle,
no me sentía con fuerzas, el desgarro que había sufrido mi alma
al ver a aquellos posesos gozando entre si, me había anulado 
como persona.

      Rota por el dolor y bajo aquel diluvio, me deslicé contra 
la pared y me dejé caer en el suelo. Abracé mi cuerpo... me 
abracé a mi misma mientras mis lágrimas manaban y se mezclaban
con el agua de la lluvia que recorría mi rostro.
Las imágenes de lo que acababa de ver me perseguían al igual
que los recuerdos de los años vividos junto a él.
En ese momento quise morir, me sentía desgarrada, traicionada,
humillada....

      No recuerdo el tiempo que pude permanecer en aquel estado,
tal vez fueron minutos, horas..... pero al volver en si, me di cuenta
que había anochecido. Estaba temblando, bien por el frío o por el
dolor, no lo se.... pero en ese momento sentí un portazo y como 
cerraban una puerta, levanté la mirada y lo vi alejarse entre la
cortina de agua que el cielo descargaba en aquel momento,
pero el eco de sus carcajadas llegaba hasta mi incluso 
después de desaparecer.



Ana Martos - Noviembre 2011.

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