martes, 13 de diciembre de 2011

FUI OBSERVADA


Tres golpes secos en la puerta me sacaron de mi sopor y abrí los
ojos sobresaltada.
La habitación se encontraba a oscuras, apenas un hilo de luz procedente
de las farolas de la calle entraba por las rajillas de la persiana.
Aún así, clavé mi mirada en ella y la piel se me erizó al observar que
allí había una sombra.
Alguien se encontraba en la puerta, con la cabeza ligeramente echada
en ella, quien quiera que fuese me estaba observando; yo tan solo
distinguía el bulto, pero podía intuir como me miraban.

Mi mente reaccionó de tal forma que me quedé petrificada en la cama. Quise
gritar y no pude, mi garganta no fue capaz de emitir el mas mínimo de los
sonidos. Noté como el corazón me bombeaba, incluso  pensé que se me
saldría del pecho.

Lo único que se me pasó por la cabeza fue cerrar los ojos y suplicar para mis
adentros, que al abrirlos, aquello que había visto o creído ver, hubiese
desaparecido.
Pero no fue así.....al cabo de unos segundos  los volví a abrir y aquella sombra,
aquel bulto, o imagen, seguía estando en la puerta.
Repetí la operación hasta tres veces, siempre con la esperanza de que aquello no fuese 
real, pero nada había cambiado, seguía siendo observada.

Me armé de valor, conté hasta diez y deslicé mi mano temblorosa hacía la
llave de la luz. Al encenderla  me quedé atónita mirando aquella puerta,
no daba crédito a lo que estaba viendo. La percha de pie situada entre el
armario y la puerta se había volcado, por consiguiente dando aquellos
golpes secos que en un principio me habían despertado.

Lo curioso es, que aquella misma noche, yo había colgado una bolsa  en ella
y me pregunté: se volcará?????....


Ana Martos. Septiembre 2011.

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