jueves, 16 de enero de 2014

ADIóS

Fuera llueve, las gotas de agua se deslizan por el cristal
hasta llegar a fundirse en una sola.  Un chirriar interminable
de madera ardiendo en brazos del fuego es lo único que
rompe el silencio de esta habitación. Hoy no sé lo que siento,
observo tras el cristal esas gotas incesantes de lluvia y
pareciesen el mero espejo de mi alma.
La estancia tan cálida y fría a la vez...

Creí que el día que desaparecieses de mi vida me sentiría
aliviado, es más, he llegado a suplicar porque ese momento
llegara; y hoy, hoy que te fuiste, que todo acabó, que ya
no estás, que ya no existes, no sé lo que siento.
Un vacío de dolor me oprime el pecho, los recuerdos se
manifiestan, y aquellos días en que lo eras todo para mí
cobran vida golpeando una y otra vez mi sentir.
Juro, que nunca tuve la intención de que lo nuestro acabase
así, al menos, esperaba algo más por tu parte, una simple
despedida, una triste nota.... pero tú, altanera y altiva
hasta para decir adiós.

Tal vez, he vivido una mentira tratando de romper unos
lazos; tal vez, haya sido mía culpa, mi indiferencia y
y orgullo probablemente ha sido lo que te ha llevado
a actuar así.

Creí haberte olvidado, hoy no sé lo que siento...
Fuera llueve... yo lloro tu ausencia.


Ana Martos - Enero 2014.

2 comentarios:

  1. Un adiós siempre suele ser doloroso, excepto para aquel que se va sin despedirse porque resulta que nunca ha estado. Un adiós es el final ¿Pero como es el final de algo que ni siquiera ha tenido principio? Estoy divagando perdido en tus letras; no las in-comprendo y siempre me haces pensar...
    Espero seguir leyendo; espero que este Adiós solo sea el título de un muy bello relato.

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  2. Esas son mis letras, incomprendidas ;)

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