miércoles, 26 de septiembre de 2012

ALGÚN DÍA...


Algún día, hallaré el camino que me lleve hasta ti;
el alba me mostrará el sendero, y así,
podré huir de las garras de esta celda que me apresa
y me retiene privándome de tu néctar.
Algún día, amanecerá en esta oscura mazmorra;
la alborada me despertará de mis oscuras pesadillas,
la luz se hará, y al fin,
podré huir hacía tu destino, correré a tu encuentro
y saciaré tu sed bajo mis besos.

Mas te pido perdón, por esas noches de tormento;
por ese velo de tristeza que cubre tu rostro
debido a mi ausencia.
Mis ojos perdieron la luz en un banco de tinieblas,
entre un eclipse y sombras.
Mas no temas, no quiero ver tu mirada rociada
de pena y tu faz impregnado de desdicha.

Algún día, hallaré el camino que me lleve hasta ti;
esta será mi hazaña, liberarme de las garras
que me privan de tu esencia,
devolverle a mi mirada la luz que perdió entre tinieblas,
saciar la sed de tu alma.

Algún día... algún día...


Ana Martos - Septiembre 2012.

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