domingo, 2 de septiembre de 2012

QUIERO MORIR


... Quiero morir, que las tinieblas me acunen en sus brazos y que mi ser, deje de respirar  la inmundicia en la que vivo...

Es la frase que hoy golpea en mi mente. La vida se cierne conmigo, y me rindo, me rindo cansado de nadar por un mar
embravecido, donde las olas me sacuden cada vez más fuerte arrastrándome mar adentro. De que me sirve luchar, intentar mantenerme a flote, si cada brazada que doy, me ahogo un poco más. No quiero seguir con esta falsa, intentando sobrevivir en medio de la nada.
Mi vida ha sido efímera y a pesar de mi corta edad, me siento fracasado. No he sido capaz de verle a la vida el lado bueno de su cara, ni siquiera, arrancarle una de sus tímidas sonrisas.
Los errores de juventud, con los años se convierten en una losa muy pesada, una carga a tus espaldas que intentas sobrellevar, pero que al final, terminas dándote cuenta que es tu propia tumba.
Ya no creo en hadas y princesas, desperté de este cuento que yo solo edité, movido por sueños e ilusiones, que se esfuman cuando atraviesas el umbral de la realidad.
Camino por un sendero de flores negras, en él, el color no existe... nunca existió, fui yo, el que se negaba a aceptar lo tenue de mi vida, creando una proyección de luz y tonalidad, siendo solo un mero espejismo de lo que quise creer.
Poco he aportado en esta singladura; solo me dejé caer en los brazos del viento, esperando que este me llevará a un idílico destino y solo he conseguido, que su furia se transforme en ventisca y arrase con mi vida.

Quero morir, que las tinieblas me acunen en sus brazos, que mi alma al fin halle la libertad, que mis pasos no dejen huella, y mis lágrimas estela... 



Ana Martos - Agosto 2012.

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