que un día escribiste para mí.
Intenté hacer desaparecer el libro
que esculpía mi alma.
Arranqué, aquellas hojas exhaustas
por el aroma a deseo.
Taché palabras, aquellas que
susurraban a mis sentidos.
Censuré tu historia, dejé vacío
el florilegio de tu recuerdo...
Ana Martos- Diciembre 2015.
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